Turquía, un país que abraza dos continentes, es una fascinante amalgama de culturas y tradiciones que se entrelazan a lo largo de su rica historia. Desde la majestuosidad de Estambul, antigua Constantinopla, que se asienta sobre Europa y Asia, hasta las antiguas ruinas de Éfeso, donde se cree que vivió sus últimos días María, la Madre de Jesús, el país ofrece una experiencia única. El té negro una bebida aromática y reconfortante, se erige como la elección nacional por excelencia. En cada rincón, los aromas del té turco se mezclan con la hospitalidad del pueblo turco, creando una experiencia sensorial inolvidable. Turquía no solo es conocida por su historia y cultura, sino también por ser el principal productor de avellanas, un ingrediente clave en la cocina turca. Además, el tulipán, introducido en el país durante la expansión mongola, se ha convertido en un símbolo ornamental, con una fascinante historia que lo vincula con los turbantes turcos. Curiosamente, Papa Noel o Santa Claus, encuentra sus raíces en la antigua Constantinopla bajo el dominio Bizantino, de ahí que la Iglesia Apostólica Romana lo toma como un Santo benefactor generoso, convertido en un icono en la cultura occidental. El verdadero San Nicolás vivió en la antigua ciudad de Myra, en la costa sur del país. En el ámbito deportivo, la lucha es el deporte nacional, reflejando la pasión y la destreza física de los turcos.